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A 7 años de su anterior edición, en el observatorio del Vaticano, se reunieron nuevamente eminencias de la ciencia para hacer honor al legado del Monseñor George Lemaître, hombre de ciencia, ya que era matemático, astrónomo y profesor de física en la sección francesa de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y también era un hombre de fe, ejerciendo desde el clero su rol de sacerdote.
La reunión comenzó el 16 de junio y se extendió a lo largo de varios días hasta el 21 de junio, siendo los temas centrales del encuentro los ya citados en el título del artículo «Agujeros negros, ondas gravitacionales y singularidades espacio-temporales».
Palabras del Papa a los participantes
Si bien pueden leer la presentación completa en este link, me siento tentado a compartir algunos fragmentos del mismo con algunas aportaciones personales.
«El comienzo del universo, su evolución última, la estructura profunda del espacio y del tiempo enfrentan al ser humano a una búsqueda frenética de sentido…» aún hoy, como en tiempos antiguos, la fe se abre camino en medio de luchas conceptuales, por un lado los defensores argumentando, y por otro lado la oposición, que con sus propios argumentos buscan que todo lo que guarde relación con la fe simplemente guarde silencio, algunos desde el respeto y un análisis genuino en busca de la verdad, una verdad que a veces es difícil de lograr, y otros, ante carencia de razón argumental van por ataque directo, dando continuidad a la lucha de siempre, la fe y la iglesia se abre camino justo allí.
Hoy, la sobre exaltación de la persona humana, por encima de lo sano incluso, da camino a nuevas ideologías que parecen darle sentido al ser humano, pero en realidad solo lo van alejando de todo aquello que lo hace humano, creo que a esto se refiere el Papa en sus palabras citadas arriba, «la búsqueda frenética de sentido».
Este mismo texto cierra su verso con la siguiente frase «en un vasto escenario en el que corre el riesgo de perderse.» cosa que vemos hoy cada vez más crecientemente.
Contrariamente a lo que se busca erróneamente mostrar como real, la fe, no entra en guerras con la ciencia, sino todo lo contrario, la fe desea la verdad que la ciencia tiene para contar, la fe, por medio de su iglesia también invierte tiempo y medios para que la ciencia siga su camino, solo que, muy contrario al resultado que algunos pensarían que se logra, la verdad científica trae para el hombre de fe evidencias nuevas de las maravillas del creador.
George Lemaître
Este sacerdote y científico belga, representa mucho de lo que podemos llegar a aspirar todos como personas, como seres humanos que tienen una vida conectada a este mundo regido por leyes naturales que al correr del tiempo se nos van revelando por medio de las mentes brillantes de la historia.
Es un ideal científico por un lado, ya que al vivir aquí debemos ser curiosos de cómo funciona todo, y no perder la sed por admirar las maravillas naturales que correctamente usadas traen al hombre mucho beneficio, ya que se ama y se cuida más, lo que más se conoce.
Es un ideal de fe, ya que el mismo deseo de conocer, hace que pueda admirar la maravilla del creador desde la creación, entender que todo lo que viene de él es un misterio fantástico que se va revelando poco a poco usando como herramienta base al primer don que Dios nos da, la inteligencia.
Georges Lemaître nació el 17 de julio de 1894 en Charleroi, Valonia (Bélgica). Era el hijo mayor de Marguerite Lannoy y Joseph Lemaître, propietario de una fábrica. Ambos eran católicos.
Tras estudiar en un colegio Jesuita se destacó en matemáticas y fue premiado en física y química.
Le tocó pasar por la primera guerra mundial, se alistó, sirvió como voluntario y le dieron la Cruz de Guerra.
Big Bang
Quién no conoce hoy la teoría del big bang, pues le debemos la misma al padre George Lemaître, si bien, por una cuestión de pronta traducción de sus escritos originales, Hubble quedó en principio con las atribuciones de esta teoría en 1929, pero ya en 1927 Lemaitre habría publicó los detalles en francés en una revista que incluyó su teoría sobre el universo y su análisis de datos de la galaxia, en la actualidad se busca reconocer a este descubrimiento como el Descubrimiento de la ley de Hubble-Lemaitre.
El término big bang nace casi como una ironía, una broma en contra del padre Lemaître, pero poco a poco fue ganando tal prestigio y aprobación que la ironía quedó como el nombre con que popularmente sería llamada incluso en la comunidad científica.
El huevo Cósmico
En 1930, Lemaître publicó, en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society, un artículo en el que proponía la idea de que, a partir de una singularidad inicial, una especie de «átomo primitivo» o «huevo cósmico», se habría producido, en los primeros momentos de la Creación, una explosión a partir de la cual se originó el Universo.
El planteamiento simple pero elegante explica, que si el universo está constantemente en expansión, es evidente que en algún momento fue un simple átomo que le dio inicio, y del que fue lentamente creciendo y lo sigue haciendo.
Esto y más
Pues esta pasada reunión, tuvo como centro este y muchos otros temas que congrega a la opinión y el estudio de la comunidad científica, concluyendo el Papa Francisco con las palabras:
«Fe y ciencia pueden unirse en la caridad si la ciencia se pone al servicio de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, y no se distorsiona en su perjuicio o incluso en su destrucción. Os animo a ir a las periferias del conocimiento humano: es ahí donde podemos experimentar a Dios Amor, que sacia y apaga la sed de nuestros corazones».